martes, 20 de marzo de 2012

Sinopsis.

<<Sinopsis: Los Buscadores de Entidad>>


Con un portazo salió del apartamento. Era la décima vez en una semana que discutían, y para que él no la viera llorar siempre, marchaba a las calles de Nueva York. Bajaba las escaleras a grandes zancadas, mientras que se ponía los auriculares y su capucha, para ocultar su melena pelirroja y sus ojos verdosos. Rose Grey estaba destrozada. Había pasado una semana justa desde que Rose halló en su casa el cuerpo sin vida de su madre, y al ser menor de edad, fue llevada hacia su padre; divorciado de la difunta. Rose no soportaba a su padre, y más cuando en estos días mostraba tal tranquilidad, como si nada hubiera ocurrido. La joven Grey intentó olvidar la discusión introduciéndose en su mundo; en la música. Apenas se percató de la gran llovizna que caía, y de que las calles estaban completamente inundadas de grandes charcos. Rose atravesaba los charcos con sus grandes botas, en dirección al pequeño parque que se levantaba a cinco minutos del apartamento. Escuchaba la dulce voz de la cantante Jessie J en su reproductor, y poco a poco comenzaba a sentirse bien. Echó un vistazo al parque, y se encaminó hacia el columpio donde tomó asiento, empapando sus pantalones vaqueros. Empezó a impulsar su cuerpo poco a poco hasta balancearse continuamente.

- <<L.O.V.E...>> -

Rose comenzó a tatarear la canción que estaba escuchando. La motivaba porque hablaba del amor, y le recordaba el amor que su madre le dio durante estos dieciséis años. Cuando la canción acabó, Rose clavó los talones de sus botas en la tierra húmeda y sacó el móvil. Buscó de nuevo la canción y la comenzó a escuchar de nuevo, pero en cuestión de segundos la canción paró de nuevo. Sacó el móvil nuevamente, y se percató de que la batería estaba agotándose.

- Juraría que lo recargué hace media hora... - 

Desconectó los auriculares y guardó el móvil. Entonces, Rose se percató de las farolas que rodeaban el parque, que comenzaban a parpadear constantemente hasta apagarse. Rose se apartó la capucha, y dejó que la lluvia empapase su cabello, mientras observaba el fenómeno de las farolas. Un trueno resonó en el cielo nublado, y Rose se sobresaltó.

- Tormenta... - masculló con una sonrisa aliviada, sabiendo que la tormenta empezaba a causar problemas en el suministro eléctrico de las farolas; y pensó que también influyó en el móvil -

Se bajó del columpio y notó el pantalón empapado por detrás.

- Es hora de volver a casa... - murmuró Rose -

Se alejó poco a poco del parque mirando sus grandes botas empapadas de barro por la tormenta. De repente, Rose chocó contra el cuerpo de un hombre que no había visto llegar. Subió la mirada del suelo lentamente, y contempló una larga túnica negra hasta alcanzar un rostro pálido y de unos ojos intensos como el propio odio. 

- Lo siento... - se disculpó -

- No pasa nada, Rose - dijo aquel hombre -

Rose se detuvo cuando estuvo a su lado, y ladeó la vista hacia el hombre, donde su expresión mostraba una sonrisa algo siniestra. La joven retrocedió unos pasos hacia atrás para echar a correr, pero por arte de magia, otro hombre apareció a sus espaldas posando sus manos en sus hombros.

- ¿Adonde vas Rose?... - le preguntó el segundo hombre - 

- ¿No quieres venir con nosotros, pequeña Rossie? - saltó el primer hombre -

El otro hombre se acercó poco a poco hacia ella mientras que extendía su mano derecha hacia ella, que comenzaba a emitir un resplandor negro y rojo. Rose intentó moverse para alejarse y correr, pero el otro la tenía bien agarrada de los hombros. Entonces, un haz de luz iluminó el cielo por un instante, y la mirada de los dos hombres se centraron en la silueta que apareció a pocos metros de ellos. Blandía una espada muy poco corriente, y de un brillo sin igual.

- ¡Vaya, creía que las ratas de cloaca estarían correteando en el agua!, y veo que me equivoco... -

- Maldito crío... - gruñó uno de los hombres -

El primer hombre echó a correr hacia el chico de la espada con la mano extendida hacia él. En su palma de la mano comenzó a aparecer una espada, pero esta de un brillo más oscuro. Ambas espadas chocaron entre sí, emitiendo un fuerte silbido que los oídos de Rose no resistieron. Ella y el hombre que le agarraba cayeron de rodillas al suelo por el sonido, al igual que el otro hombre. Aprovechando la distracción, el chico atravesó su espada en el pecho de éste, que comenzó a desintegrarse sin dejar rastro. 

- ¡Ahora es tu turno, rata! -

La espada sobre voló media distancia hasta asestar el golpe al segundo hombre. Rose se apartó rápidamente y vio ante sus ojos como el hombre desaparecía por arte de magia. La espada se mantuvo en el suelo, hasta que el chico la tomó. Miró a Rose y le extendió la mano para levantarse.

- ¿Estás bien, chica? - preguntó él -

- Si... -

- Me alegro... ahora no recordarás nada de lo que has visto ¿vale? -

El chico posó su palma de la mano en la frente de Rose, y comenzó a murmurar unas palabras que Rose no entendía. Su mano comenzó a iluminarse, pero no al completo como él esperaba. Apartó la mano extrañado, y vio una pequeña quemadura por el encantamiento de olvidar que estaba haciendo.

- No ha funcionado... - murmuró, mirando a Rose con intriga -

De repente se escuchó un gran estallido en los edificios de atrás, justamente donde Rose y su padre vivían. Ella se volteó de inmediato, y vio que el octavo piso, la ventana que daba a la cocina de su padre, estaba prendido en llamas; no dudó en echar a correr hacia el apartamento.

- ¡Ey espera! - gritó el chico - ¿Que diantres....? -

El chico alzó la vista, y notó de nuevo una extraña presencia como la que notó hace minutos en el parque.

- Más ratas... - mascullo, escupiendo en el suelo - 

1 comentario:

  1. Deberias corregir este error xD:
    - empapase su agua
    JAJAJAJA Por el resto esta genial!! ^^ SIGUIENTE!

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